Mi primera idea a la hora de ponerme a redactar esta crónica era escribir este párrafo introductorio sin separar ni una de las palabras del mismo, para así, ejemplificar de manera visual, la velocidad y el ritmo con el que The Queers! tocaron el pasado lunes en Cáceres. Lamentablemente, y por motivos de párrafo, el editor no me deja hacerlo como tenía pensado y esto se quedará en una mera intención. Dicho esto, el otro recurso que me queda para plasmar esa idea, es hacer una crónica rápida, corta y directa. vamos a ello!
Pongámonos en situación. Lunes (sí, lunes) 17 de marzo de 2014. Cáceres (sí, Cáceres). The Queers! ( Sí, The Queers!). Hace tiempo me dicen que eso va a pasar y no presto ni atención, pero poco me voy acostumbrando a poder ver a grupazos como estos en la capital de la provincia. Todo un lujo. La expedición placentina formada por cuatro integrantes sale puntual a las 20:00 para su dosis de punk rock semanal. Viaje ameno y corto, vaya lujo!. Llegada a la puerta, recogida de entradas, pases y cañas de rigor. La noche pinta muy bien y ya hemos sido recibidos de manera agradable en la sala Barroco.
Volvemos a la sala para cuando los teloneros, The Buildings, están acabando. Sonido Nirvana y actitud sobre el escenario. Poco más puedo comentar ya que no vimos mucho del concierto que dieron. Pasadas las 23:00 y sin mucho saludo previo empezó el festival de The Queers!. Como bien sabíamos ya, tocaron su aclamadísimo Love Songs For Retarded (1993) en su totalidad, disco referencia no solo en Lookout Records, sino en toda la escena del pop punk. Público variado y pasable en cuanto número, teniendo en cuenta el día de la semana. Pogos en las primeras filas y caras de felicidad al poder disfrutar del gran Joe King, quien entrelazaba canción con canción haciendo que el concierto pareciese ser una canción que dura 1 hora.
«You’re tripping», «Teenage Bonehead» o «Monster Zero» se intercalaban con temas más agrios como «Fuck the World» o «I Hate Everything». Joe King estaba bien acompañado al bajo y a la batería. El batería, concretamente, era Marc, catalán que le da a las baquetas que da gusto. El resultado de este trío sobre el escenario fue más que satisfactorio y el concierto se pasó volando. Una hora en la que el grupo tocó a buen seguro más 25 temas que hicieron sudar a todos los presentes en la sala.
Después del concierto tuvimos la gran suerte de ser tratados de maravilla. Desde aquí aprovecho para dar las gracias a la organización (gracias Robbie), a Joe King por su paciencia y por concedernos la entrevista con una sonrisa en todo momento, a Marc por la baqueta y por la charla y al personal de la sala Barroco quienes fueron geniales en todo momento. Es cierto que Cáceres está a tiro de piedra y podría ser como nuestra casa, pero desde el lunes pasado, Robbie nos hizo ver que no es como nuestra casa, es nuestra casa. Muchas gracias y nos vemos muy pronto. También aprovecho para poner el blog a tu disposición y echarte un cable en todo lo que podamos!
Por cierto, permaneced atentos porque en unos días tendremos lista la entrevista que hicimos al gran Joe King. Un saludo!