Linoleum
La vuelta a la normalidad se va haciendo notar paso a paso, hasta el punto de que ya empezamos a ver grupos americanos de los de siempre visitarnos de manera frecuente, siendo esto motivo de celebración sin fin.
La penúltima fiesta nos la pegamos el pasado domingo a cuenta de los siempre divertidos The Queers. El lugar, la también mítica (y renovada) Moby Dick. En las cervezas anteriores al concierto intenté recordar cuánto hacía que no pisaba por allí, y llegué a la conclusión de que habían pasado unos cuantos años desde mi última visita a la ballena.
Me sorprendió lo bonita que la han dejado, aunque también lo poco funcional. Me explico; la sala ha incorporado una barra central al más propio estilo La Riviera, pero con un espacio infinitamente menor. ¿El resultado?, muy práctico para cuando funciona como bar, pero muy incómodo para cuando lo hace como sala de música. Y más si el ambiente es tan poblado como el del pasado domingo. Del sonido, nada que objetar.
Sin teloneros y con todo el tiempo del mundo, la sala gozaba de un ambiente espectacular a la hora de nuestra llegada. Un público que dejaba ver a bastantes uppers y a míticos de fechas imperdibles mostraba ganas de directo. Buen rollo, diversión, chupas vaqueras y alegría.
La banda hizo aparición en escena sin su capo, Joe King, abriendo con la instrumental «Rollerdog» para, acto seguido, recibir al alma mater entre aplausos y vítores. No os dejéis influenciar por el aspecto frágil del frontman, Joe King parece tener cuerda para rato y una energía innata para seguir cantando himnos de toda la vida. En los primeros compases del directo disfrutamos de temas como «Feeling Groovy», «Debra Jean», «I Can’t Stop Farting» o «I Want Cunt».
El público gozaba en una sala que se iba abriendo espacio para los saltos y empujones entre el sonido de los Queers, un mezcla entre el punk más ramoniano y las melodías de los Beach Boys. «Monster Zero» hizo las delicias del personal, mientras que «I Hate Everything» o «Teenage Bonehead» fueron coreadas por la gran mayoría de los allí presentes.
Aun así, todas y todos teníamos ganas de más y seguimos disfrutando con un setlist bastante completo que no dejó fuera temazos como «Fuck The World», «This Place Sucks» o «Punk Rock Girls». La banda también tuvo tiempo para hacer algún cover de Screeching Weasel y de cerrar los bises con «The KKK Took My Baby Away» de aquellos que lo empezaron todo.
En resumidas cuentas, una gran noche de domingo con sabor a sábado, un gran concierto, y la sensación de que aquello que más echábamos de menos ha vuelto. Sudor en las primeras filas, veteranos del directo recuperando su dosis semanal, y momentos que siempre recordaremos. Estamos vivos. Un poquito más que la semana pasada. Gracias a The Queers.
