Dentro de una vorágine de festivales que avanza incluso más rápido que la burbuja inmobiliaria, devorando melómanos (y sus bolsillos) sin ningún tipo de miramientos. Dentro de una moda que hace que incluso los grupos pierdan sus señas de identidad mezclándose en carteles con bandas que jamás habrían imaginado tocar. Dentro del gigante monstruo de los festivales, existe esperanza. Todo es posible, y más si se hace con ilusión.
Y es que hoy en día es más fácil encontrar un festival que encontrar trabajo. Basta con dar una patada y aparecerán dos o tres festivales en un radio de treinta kilómetros y en un espacio temporal de quince días. Agobiante. Pero ojo, si ajustas un filtro adecuado y buscas un modelo concreto, la criba será inmensa y el escrutinio muy preciso. Y es ahí donde aparece el Quimera Fest.


Lo del pasado día 23 en Almussafes fue un «sí se puede», un «hazlo tu mismo» en toda regla, un éxito abrumador. Desde nuestra llegada alrededor de las 15:30, nos sorprendimos gratamente. A pesar del calor existente, ya había un gran número de asistes disfrutando de las sombras de los árboles y el césped. Comiendo en compañía de amigos y familiares, incluso niños pequeños y alguna que otra mascota. Un ambiente inmejorable e insuperable. El festival era gratuito, pero cabe remarcar que no había ningún tipo de acceso para entrar al mismo, con lo que la libertad de la que gozaban los asistentes era total. También fue total el comportamiento del público quien hizo uso de esa libertad para disfrutar de la música y la fiesta de manera ejemplar.


El modelo predominante de festivales solo tiene un objetivo: el dinero. Al precio de las entradas (más o menos desorbitadas según el caso), hay que sumarle, el que para mi es, el mayor atraco de esta moda: los precios en barra. El Quimera, aún siendo gratuito, no cayó en la tentación de intentar hacer negocio con la bebida y la comida y puso unos precios insuperables. Latas de cerveza a un euro, copas a 3,50. Esto volvió a demostrar que la respuesta del público fue masiva. Cuando no se intenta estafar al personal, se consigue la complicidad con el público y, por lo tanto, su consumo. Otro acierto más de la organización.


Si hablamos de la música y los conciertos tenemos que quitarnos el sombrero. Todo fue como la seda (tras un ligero susto eléctrico al principio de la jornada).También volvimos a disfrutar de la dupla skate + música, una dicotomía que nunca debe separarse. Variedad lingüistica y musical (siempre dentro de un estilo) que nos permitió conocer la inmensa escena de grupos que usan el valenciano como motor conductor. Y un sabor de boca y un buen rollo alucinante. Desde el punk rock noventero de Violets, el espectáculo irreverente de Bácora o el hardcore melódico de Bates Motel. Pasando por punk de Kill The President o el rollito celta de los Real McKenzies. Y llegando hasta el contundente directo de CRIM o la mezcla de sonidos de Assekes, todo fue un éxito. Todos los grupos se vaciaron en el escenario esbozando esa sonrisa de bienestar y complicidad con el festival. El público respondió de manera proporcional y en los mejores momentos se habla de unos 1.600 asistentes. ¿quién da más?.


Lo del otro día fue mucho más que un festival. Fue un reencuentro con amigos de diferentes puntos del estado. Fue una convivencia en la que hacer nuevas amistades y en la que debatir sobre cualquier tipo de tema con la bandera de la tolerancia. Fue disfrutar de los grupos que nos gustan sin trampa ni cartón, de la manera más natural y cercana que recuerdo. Fue el triunfo de las ganas, del trabajo que se hace de manera altruista y de la ilusión. Hacer algo porque te gusta y porque quieres compartirlo con los demás. Ojalá todos fuéramos más Quimera. Ojalá hubiera más Quimeras.
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Solo nos queda dar las gracias a la organización del Quimera Fest por contar con nosotros para un proyecto con el que nos identificamos totalmente. Nos gusta el festival, nos gusta su organización y nos gusta lo que intenta transmitir. Esperamos que el año que viene podamos dar un paso más y arrimar el hombro en todo lo posible. Esperamos que el año que viene todos os paséis por un festival que se merece continuidad y apoyo por parte de todas y todos.