Las portadas, esas pequeñas obras de arte que muchos pasan por alto, pero que están de nuevo al alza gracias al boom del vinilo. Muchas veces pasan desapercibidas y no les prestamos la atención que necesitan. Quizás en otros géneros sean un mero elemento decorativo o una imagen que simplemente se limite a cumplir el expediente, pero en lo que al punk rock / hardcore se refiere, las portadas son una pieza clave e incluso icónica de alguno de los grupos que más escuchamos. Yo siempre he sido de los que se han fijado mucho en estas ilustraciones y por eso he decidido hacer esta entrada.
Hubo una época (aquella en la que no había internet y estábamos cercamos a la era de los dinosaurios) en la que muchos comprábamos discos guiándonos por sus portadas. No teníamos ni idea de a qué sonaba el grupo, pero el hecho de que estuviera en la estantería de punk rock, de que quizás reconociéramos el sello al que pertenecían y, sobretodo, de que nos gustara la portada, hacía que adoptáramos al disco en cuestión y lo lleváramos a nuestro hogar sin saber cómo nos íbamos a caer. Un deporte de riesgo que el 99% de las veces, funcionaba. Eso mismo me pasó con la portada del Punk In Drublic(1994) de NoFx; me entró por la vista y se vino a mi casa. Si hablamos de portadas de los de Fat Mike, me parece feo no mencionar la de Heavy Petting Zoo(1996) por razones obvias. Tampoco su afán de «copiar» portadas en sus siete pulgadas, a las de Surffer – Suffer (Bad Religion) y el Fuck The Kids – How to Clean a Couple of Things (Propagandhi). Otro disco que me compré a ciegas totalmente guiado por su portada fue el Will Last Forever (1999) de Wallride. Todo un acierto.
Como NoFx, hay grupos de cabecera que hacen portadas que a su vez hacen referencia a clásicos básicos. La icónica portada del …And Out Come the Wolves (1995) de Rancid, nos traslada a la, también mítica, portada del homónimo de Minor Threat (1981/84). Diferentes estilos, mismo significado. Si hablamos de portadas de grupos de los 80s no podemos pasar por alto las de Black Flag. Portadas tales como Split in In (1984) o la de My War (1984) fueron toda una revolución. Aunque hablar de portadas y hablar de Black Flag es sinónimo del artista Raymond Pettibon, encargado de ilustrar la mayoría de las portadas de los americanos y recientemente fichado por los OFF! de Keith Morris.
Las portadas pueden también mostrar la evolución de grupo. Este es el caso de lo sucedido con Propagandhi. Su primer sonido, un punk rock con sonido 100% Fat WreckChords quedaba ilustrado en la ilustre portada del How to Clean Everything (1993). El sonido fue poco a poco evolucionando en un intento menos ramplón de punk rock, dejando al lado los tres acordes y haciendo composiciones mucho más elaboradas. El gran cambio llegó con Supporting Caste (2009) y con el su excelsa portada tomando una nueva dirección ilustrativa con la obra The Triumph of Mischief del artista Kent Monkman. Porque el sonido y la imagen sí van de la mano.
Es cierto que el punk rock melódico y el skatepunk de los 90s nos han regalado portadas maravillosas: Hero of Our Time (1996) de los Satanic Surfers, @#!* (1999) de Pulley, o la divertida Teenage Politics (1995) de MxPx. Ese estilo contrasta con la sobriedad de grupos como Crass o Leftover Crack o Choking Victim,o con la irreverencia de aquellas como la de A Collection of Pop Classics (1993) y sus miembros del Ku Klux Klan de Reagan Youth, dejando así ver la línea compositiva y la dirección elegida por cada grupo. Sin embargo, y como casi todo hoy en día, muchas portadas están sirviendo para hacer caja. Reediciones con cambios de portadas hacen que la gente se vuelva loca por pagar de nuevo por la misma colección de canciones. El ejemplo más claro de este caso lo tenemos de nuevo con NoFx y su War on Errorism (2003) donde George Bush copaba el centro en su «entrañable» portada. Aprovechando el quince aniversario del disco, el grupo ha lanzado una edición donde el nuevo protagonista no es otro que Trump. Inteligencia para hacer caja sin duda alguna.
Existen portadas que han pasado a la historia, como la de London Calling (1979), la del homónimo de los Ramones (1976) o la de Never Mind the Bollocks, Here’s the Sex Pistols (1977). Más recientemente tenemos las de Smash (1994), Dookie (1994) o las de Milo Goes to College (1982) y Everything Sucks (1996) de los Descedents. Portadas que nos acompañaran a nosotros y a los miembros con buen gusto musical de las futuras generaciones. Ilustraciones que son inmortales.
Como podéis observar, el mundo de las portadas da para mucho, y esta entrada tiene una limitación espacio temporal, por lo que prometo ampliarla de cuando en cuando. Punto y aparte merecen esas portadas que son lo opuesto a las mencionadas hoy, esas horribles y que no dicen nada. También hablaré de ellas. De momento me despido nombrando a mi portada favorita de todos los tiempos que no puede ser otra que la de Suffer (1988) de Bad Religion: una radiografía de toda una generación dentro de una sociedad (la americana) que buscaba sonreír a todo y poner la otra mejilla. Simple, visual y directa.