Este fin de semana trabajaba, y como no podía (o no debía) salir, me dediqué a buscar películas que tenía pendientes. De un tiempo a ésta parte debo admitir que uno de mis géneros favoritos (o el favorito) es el de terror. En los últimos años vienen produciéndose una serie de películas venidas desde EEUU, Japón o España que han revitalizado el género o han cambiado la visión que teníamos en los 90’s (género denostado por bodrios adolescentes como Scream o Sé Lo Que Hicisteis El Último Verano).
La verdad es que no encontraba nada la noche del viernes que me atrajera en aquel momento, y rebuscando trailers en Youtube, lo encontré. El título era The Babadook, una película australiana (desde aquí hago un llamamiento a todas aquellas personas que solo tragan cine made in Hollywood, para que rebusquen entre el cine europeo, asiático y demás, porque hay cosas muy muy interesantes).
El trailer no me decía mucho en sí (típica historia madre-hijo, el niño ve monstruos, la madre está loca y algo monstruoso se esconde en el armario) pero como he dicho el cine de terror me atrae mucho y decidí darle una oportunidad.
Cuál fue mi sorpresa cuándo descubrí que nada tenía que ver el trailer con la película.
Sipnosis: Seis años después de la violenta muerte de su marido, Amelia (Essie Davis) no se ha recuperado todavía, pero tiene que educar a Samuel (Noah Wiseman), su hijo de seis años, que vive aterrorizado por un monstruo que se le aparece en sueños y amenaza con matarlos. Cuando un inquietante libro de cuentos llamado “The Babadook” aparece en su casa, Samuel llega al convencimiento de que el Babadook es la criatura con la que ha estado soñando. Entonces sus alucinaciones se hacen incontrolables y su conducta, impredecible y violenta. Amelia, cada vez más asustada, se ve forzada a medicarle. Pero, de repente, empieza a sentir a su alrededor una presencia siniestra que la lleva a pensar que los temores de su hijo podrían ser reales
El film viene precedido por un corto de la misma directora, que no solo cuenta una historia de terror sino una película sobre la pérdida, el dolor y la superación de todo ello. Sus protagonistas no solo están asustados del monstruo «The Babadook» (una metáfora preciosa sobre los monstruos interiores que todos tenemos dentro) sino de perderse el uno al otro y de quedarse solos. Inmensa Essie Davis en su papel de madre que intenta educar a su hijo y al mismo tiempo enfrentarse al monstruo. Y un niño que al principio nos cuesta entender (debo admitir que los primeros 30 minutos me pareció repelente) y que al final comprendemos y nos produce ternura.
William Friedklin (director de El Exorcista) comentaba que The Babadook era la película más aterradora que había visto jamás y aunque no estoy de acuerdo (cualquiera que haya visto Sinister me comprenderá) si que estoy de acuerdo en que lejos de momentos efectistas y sustos por doquier, el verdadero terror es el psicológico. Los protagonistas reprimen sus sentimientos, sobre todo los dolorosos, y eso da lugar a algo peor, a nuestros monstruos interiores. Mención especial al final que me dejó boquiabierto y que hace comprender mejor a que se refiere la película con el monstruo y quién es.
Decía el prestigioso crítico Anthony Lane que «debería existir una ley requiriendo que todas las películas de terror estuvieran dirigidas por mujeres».
Estoy más o menos de acuerdo.