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Leihotikan – Non Zaude?

El punk rock estatal sigue estando de enhorabuena. La variedad cultural y lingüística está tomando el género, haciendo que este cobre más importancia aún si cabe. Una importancia que se ve reflejada en esos grupos que deciden cantar y expresar sus mensajes (tan importantes en esto del punk) en su lengua origen, pero que también se ve reflejada (a su vez) en ese público que por fin ha abierto su mente y que no encuentra barreras en el catalán, el euskera, el valenciano o el asturiano. Si hemos crecido escuchando grupos americanos sin tener ni idea de inglés, ¿por qué ponernos límites?.

Un claro ejemplo de lo arriba expuesto son Leihotikan quienes, tras veinticinco años en la música, vuelven a la carga con Non Zaude? seis años después de su último álbum de estudio Harold (2012). Leihotikan son una amalgama de punk rock propiamente dicho, del rock más afilado y de ese hardcore melódico que tanto nos dio allá por los 90. El inicio del disco a cargo de «Ahaztu Ezinik (Zure Muxuak)» deja claro que si te gusta el tupatutupa, estás en el sitio correcto. Batería endiablada, rápidas guitarras y voz melódica. Aún así, y como dije anteriormente, el grupo no debe ser encasillado ya que se maneja a a la perfección con ritmos variados. El disco tiene cortes más «pausados» con tintes más punkrockeros donde se coquetea con el rock como «Egoen Lehia», el tema que da título a este Lp «Non Zaude?» o la encargada de cerrar el disco «Musika&Menuza» y su gran punteo.

Sin embargo es en los cortes rápidos donde el grupo nada como pez en el agua. «Suizidio Kolektiboa» y sus increíbles coros ganarán a cualquier fan de Bad Religion que se precie. Sí o sí. «Kontuak Eskatzen Badizkidate» o «Patriarka Arraren Arrakasta» (y su enorme principio y linea de bajo) son otro ejemplo de que Leihotikan saben correr. Mención aparte tiene la que, para mí, es la mejor canción del álbum: «Leihoan Ordauk». Cada vez que la escucho, se me pone la piel de gallina. De los mejores temas estatales del año. Grandiosa. Tampoco quiero pasar por alto la energética y combativa «Kasu Txo!», más irreverente y menos seria que sus compañeras, destaca entre ellas por eso mismo. Lo diferente es único.

Líricamente el grupo se asoma a su ventana para ver todo aquello que no funciona hoy en día. Temas como la competencia dentro de una sociedad movida por los egos individuales, la opresión establecida por un sistema patriarcal o el encumbramiento de falsos ídolos que solo miran por su bien sin importarles las repercusiones que puedan tener sus acciones, tienen cabida en este trabajo.

Conclusión: Leihotikan están de vuelta. Sin hacer ruido, casi de puntillas, se han sacado uno de los discos a tener en cuenta este curso. Lo bueno de ir de puntillas es que te hace subir un poco más y llegar más alto. Aunque la única pretensión del grupo (dicho por ellos mismos) sea «disfrutar de la música punk y hacer disfrutar», estoy seguro de que todo aquel que dé con este álbum quedará sorprendido y enamorado por partes iguales. Y eso, aunque muchos no lo consideren así, ya es crecer y llegar más alto.

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