La semana pasada estaba cansado, necesitaba desconectar del día a día, las navidades, rebajas, ritmo frenético y espiral de consumismo en la que nos metemos en esta cuesta de Enero, y el martes decidí coger billetes de ida y vuelta a Barcelona directito desde Madrid, debido a una promesa: me habían ofrecido sopa.
El pasado sábado 20 fue en Barcelona, en el Casal de Joves de la Prosperitat un minifestival DIY organizado por Le Reyerté, que llenaron de códigos y realizaron bajo el nombre de Le Sopé, siendo este el segundo minifestival de esta organización.
La tarde pintaba espectacular y el ambiente desprendía buen royo por los cuatro costados en un festival con entrada inversa, en espacio comprometido con la seguridad de todo el mundo, con comida y bebida a precios super asequibles, y con una perola enorme de sopa para combatir el frío de la ciudad condal.
Una vez dentro, el primer grupo en empezar fue Miratges, que realizaban su debut como banda, y para mi, fue la sorpresa de la noche. Enérgicos, con un sonido gordo y muy pulido a nivel técnico, y con un cantante que era una máquina de demolición en constante contacto con el público, me recordaron a unos Desakato en pequeño formato, y me dejaron totalmente prendido. Ojalá no se quede aquí y tengan un recorrido largo, porque es de estas bandas que todos vais a querer acabar viendo.
Al cuarteto les siguió Zesc, con la que para mí, fue la mejor camiseta de merch del festi, estampada con la cara de Cesc Fabregas en su época más poligonera. Fueron lo más diferente del festival, con un sonido a reventar de fuzz y una energía arrolladora en el escenario. En su contra jugó no poder contar con su bajista en este bolo, lo que hizo que el sonido quedara algo vacio. Tras Zesc, la gran protagonista fue la sopa, repartida por la organización a todos los asistentes, que sirvió para ir subiendo la temperatura de lo que vendría después.
Desde Asturias, con amor, Flashback se comió el escenario de Le Sopé. La que es una de las mejores bandas de punk rock melódico de la península salió con todo, haciendo gala de ese royo californiano que tanto les caracteriza aportando un toque técnico que les hace ser tremendas bestias de directo. En este bolo se empezaron a ver los primeros pogos, que fueron acompañados de temas como «Carroñeros», «Contra La Pared» o «Mirar Atrás», que hicieron de apertura para los dos platos fuertes del día: All Wrong y Puk2.
Tras varios años en el dique seco, Barcelona tenía muchísimas ganas de All Wrong. Se notaba en el ambiente, y el concierto fue un amasijo de sing alones, pits y buen royo, en el que se sintieron comodísimos en el escenario, trasladando un sonido entre el pop punk y el post hardcore, sin quitar un toquecito emo, que animó a más de uno a sacarse los pasos prohibidos, o cánticos como “Alborg es fontanero”.
En cuanto a sensaciones, sus caras fueron de total felicidad, tocando en casa, para los suyos y con mucha gente nueva, haciendo que el quinteto volviera por todo lo alto. Lo único que pedimos desde aquí es que no paren, sigan girando y podamos verles muchas veces más.
Cerró la fiesta, desde Burrifornia, el power trío Puk2 es una de las pocas bandas que quedan vivas del boom del pop punk en españa de principios de los 2000, que junto a bandas ya extintas como No Way Out, Marvin, Dickers o Nothink fueron los impulsores de este género, y a día de hoy, se han ganado el cartel de pioneros dentro de nuestro país, y en La Sopé mostraron galones.
Mucha gente del público estaba allí únicamente por ellos, y no decepcionaron a nadie. Un tema tras otro, con un sonido espectacular, con una energía y actitud envidiable, fueron repasando todos sus temas míticos, como «Rugido de Kraken», «Nuevo Himno para Perdedores», «¿Dónde está mi planeta?», cerrando con el mítico «Sportcore» y generando una complicidad con el público brutal.
El festival acabó con sorteo de merch por parte de las bandas, y un karaoke punk que fue exageradamente divertido, para un cierre de fiesta por todo lo alto, que si bien entre bolos el reggaeton fue el protagonista, se realizó con el mítico Flying Free de Pont Aeri.
En cuanto a mis sensaciones, son claras: más iniciativas DIY como estas, y sobre todo, más apoyo a las mismas por parte del espectador. Estas son las cosas que a día de hoy, lejos de entornos relacionados con colectivos residentes en CSA o CSOA, no suelen darse precisamente por lo que cuesta sufragar económicamente y el esfuerzo que supone para un apoyo que no sabes si va a tener.
Sabemos de sobra la ilusión que la organización de Le Sopé, la gente de Le Reyerté, le han puesto a este evento, y compartimos su alegría al comprobar el tremendo apoyo que han tenido, y además, felicitar a la organización por hacer que todo fuera a pedir de Milhouse.
Como dice alguno de la organización, lesgeret, ya estamos esperando por Le Reyerté de verano.
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Solo nos queda agradecer a Mesa el curro de la crónica, a Will Vila por cedernos su trabajo, y a la organización por su trabajo y por las facilidades. Por muchas más, aquí estamos para contarlas.