Y el dedo índice dijo basta. Tras casi cuarenta años señalando compañeros, instrumentos, lonas, espectadores e incluso a su dueño mismo, el dedo acusador de uno de los frontman más conocidos del mundo del punk rock se fracturó a principios de semana en el local de ensayo de la banda californiana.
Dicha fractura ha dejado a Graffin hundido «no por el dolor, sino porque soy prácticamente incapaz de realizar un directo sin señalar a algo o alguien», declaró el cantante a medios americanos. La banda en su totalidad está compungida «el indice de Greg tiene más protagonismo que el propio Brett Gurewitz. Hemos compartido mucho con ese dedo, ya es uno de los nuestros sobre las tablas», afirmaba un Baker roto por la noticia.

Las alternativas no son muchas, y el grupo anda pensando que Aaron Romera, aquel joven que hace años troleó al cantante en el Doctor Music Festival, suba a los escenarios en la gira que recorrerá nuestro país con la única función de señalar, mientras Greg se centra en cantar. «Al menos sigue teniendo más pelo y menos barriga que yo» asiente el maltrecho protagonista de la noticia.
Desde la organización de la gira son bastante optimistas en la recuperación y dejan claro que todo sigue en pie; «el dedo de Graffin volverá más fuerte que nunca y todos los seguidores del grupo serán señalados el próximo mayo con más ganas aún si cabe».
Desde aquí solo nos queda «cruzar los dedos», esperar pacientemente, y desear que seamos el primer objetivo del dedo índice más famoso de la escena.