Pues sí, lo que debería ser una reseña de un concierto de tres grupos, al final queda simplificada en la de uno solo. Vaya por delante un disclaimer del que la mayoría ya sabéis la mitad. Eran las cuatro y algo de la tarde cuando un comunicado corría cómo la pólvora; el bueno de Milo había sufrido un infarto y Descendents cancelaban (obviamente) su gira europea.
Recibí la noticia saliendo de la ducha y con la sequedad de esos tortazos que da (a veces) la vida y que no se ven venir. Minutos más tarde leí el escrito de la organización, la cual supo gestionar el problema de manera excelente. Mi postura era clara y transparente; había que ir al concierto apoyar.
Es cierto que los acontecimientos repentinos y el consecuente cambio de horario, hizo que tuviera que adaptar algunos planes y que al final, por equis o ceta, entrase la Razzmatazz casi al final del concierto de Authority Zero. Una lástima pues conozco su directo y estoy seguro de que los asistentes (muy buena entrada pese a la cancelación de Descendents) lo disfrutaron de lo lindo. Yo esta vez no puedo valorarlo asistiendo tan solo a las dos últimas canciones.
Tras el descanso (merecido para muchos y muchas que estaban empapados) llegó la hora de Good Riddance. He de decir que el grupo es uno de mis favoritos y que, al haber gente que decidió no asistir al show, la sala gozaba del ambiente perfecto para disfrutar de un setlist que se vio alargado.
Eso me permitió disfrutar del mejor concierto que jamas he visto de Good Riddance (y los he visto en siete ocasiones). La banda, muy motivada demostró estar en forma y sentirse con la responsabilidad de dar un recital debido a la transformación del evento. Y así fue. Ni más ni menos.
Desde el principio, con un tridente espectacular formado por «United Cigar», «Mother Superior» y «Weight of the World», la sala se volvió loca. La parte de adelante era un ir y venir de golpes, saltos, circle pits dibujados de sonrisas y empapados de sudor. Desde la vuelta de la pandemia, no hay concierto en el que no me adentre en el pit. En este, me instalé de forma perenne en el mismo. Y me encontré con muchos amigos. Y eso es algo que no se puede pagar.
Con un setlits plagado de temazos donde sonaron «Last Believer», «Fertile Fields» o «Darkest Days», nadie perdonaba un estribillo o un solo de guitarra (coreados constantemente por el público). La intensad y el calor eran inmensos. Pero daba igual, sólo importaba la música.
Recuerdo especialmente «Salt», «Shadows of Defeat», «Holding On» o «One for the Braves» donde la locura fue incluso mayor. El ambiente era propio de esas ocasiones donde no se sabe quién disfruta más, si el que está arriba del escenario o los de abajo. Sea como fuere, la retroalimentación fue del cincuenta-cincuenta. Me encantó poder escuchar «Yesterday’s Headlines» o «Pisces / Almost Home», temas que me flipan y que últimamente no estaban incluidos en sus sets.
Dio tiempo a todo. A cantar. A reír. A llevarse golpes. A pedir más. Y a recibir más. El concierto se cerró con «Darkest Day», «Disputatio» y otra sorpresa, «Half Measures». Cuando las luces se encendieron, los de california pudieron ver nuestras caras de felicidad y nuestras camisetas literalmente empapadas de alegría. Acabábamos de asistir a un auténtico bolazo y todas y todos lo sabíamos.
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Desde CFFG Punk queremos agradecer a la organización la gestión del contratiempo, y a Authority Zero y Good Riddance el esfuerzo por hacer de una noche gris un concierto inolvidable. También mandamos fuerza y cariño a Milo y Descendents, y esperamos verles por aquí lo antes posible para cerrar el círculo de un concierto que habría sido antológico.