Fat wreckchords es una de las fábricas de hacer dinero más importantes dentro del negocio del punk rock. También es una de las discográficas que más me han influenciado y abastecido en mi (ya larga) vida musical. Recientemente el negocio irreverente de Fat Mike cumplía 25 años de éxitos y anécdotas. De discos, conciertos, drogas y demás historias. Y para ponernos al tanto nació A Fat Wreck, un documental que desvela alguno de los entresijos del gigante del punk rock de la costa oeste.
Anoche, y gracias al recién creado colectivo Push Mongo, pudimos disfrutar de dicho documental en los Cines La Paz, en una proyección que supuso, nada más y nada menos que, el estreno europeo de esta cinta bastante recomendable. El ambiente en el cine era el mismo que el de un concierto un jueves en el Wurli. Las mismas caras, las mismas camisetas y los mismos tatuajes llenaban, casi en su totalidad, una sala que jamás se había visto en otra igual. Sólo eché en falta una ronda de chupitos de Jager.
El documental como tal está bastante entretenido. No inventa nada nuevo y sigue la fórmula de miles de cintas que tratan sobre otras discográficas, movimientos o periodos de la historia musical; muchos integrantes de bandas contando su relación con el sello, los demás grupos y el peculiar gordo Miguel. El principio me pareció algo más sosete porque se centró en hablar de los grupos más importantes del sello, cosa interesante, pero algo que cualquier friki que se tercie debe ya conocer de antemano. La segunda parte de la misma fue mucho más amena, pasando a hablar de drogas, alcohol y anécdotas. Personalmente eché en falta ese eslabón de la cadena del que no se habló ni por asomo: sexo.
Mención especial merecen los subtítulos. Espero que muchos de los asistentes a la sala supieran inglés porque de lo contrario estoy seguro de que sufrieron de lo lindo. Malos subtítulos en español latino donde «polera» substituía a «camiseta», donde las «eñes» no aparecián ni por asomo, y donde faltaban más letras que dientes en la boca del cuñao. Muy punki, eso es cierto.
Resumiendo, un documental al estilo Fat 100% con el que te da tiempo a aprender, a echarte alguna risa e incluso a suspirar por la pérdida de más de un integrante de grupos del sello. Si tenéis la oportunidad, no dejéis de verlo (aunque solo sea por Progandhi).
Por último, me gustaría agradecer a Push Mongo, y especialmente a Roberto, por el trato recibido y por la iniciativa. Estos documentales suelen verse en el pc a altas horas y en soledad. Poder disfrutar de este en la gran pantalla y rodeado de gente que comparte tu pasión es siempre un plus. Todo tiene un principio, incluso Fat Wreckchords lo tuvo, y el de Push Mongo de anoche fue muy prometedor y exitoso. Desde aquí estaremos atentos a vuestras próximas iniciativas, ¡gracias por todo amigos!