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Useless Eaters – Relaxing Death

Seth Sutton es al punk de los últimos diez años lo que el Ondiñas Do Mendo al resto de bares de mi barrio: una referencia y un modelo a seguir. Este chico de culo inquieto vivió en mil sitios hasta asentarse en Memphis, ciudad en la que fundaría Useless Eaters en 2008 y conocería a Jay Reatard, que le dio la palmadita en la espalda para lanzarle hasta donde está hoy llevándole de gira y le enseñó todos esos detalles que hacen que no olvidemos al ya fallecido Reatard cuando escuchamos las virguerías de Sutton. Ahora, asentado y asentados como banda también en San Francisco, están girando por Europa para presentar su último largo «Relaxing Death» (Castle Face Records, 2016), habiendo pisado territorio español la semana pasada con tal cometido. Pero en fin, esto no es una clase de geografía (dios me libre) y ya se me está yendo de las manos lo de enumerar lugares. Démosle chicha al asunto.

Lanzado en streaming por la revista Imposure (da click para escucharlo, y dales las gracias también), este trabajo tiene una carga (a mi humilde parecer) mucho más industrial. Sin sustos eh, industrial en el buen sentido: ritmos mecánicos, guitarras repetitivas, un componente post-punk indudable y unos sintetizadores endemoniados que le aportan un toque oscuro a cada canción….parece que estén intentando dejar un testamento de lo que fue la música creada por humanos mientras unos ciborgs les roban los instrumentos y hacen la mitad del trabajo (ya veréis cuando lleguéis a la última del disco, «Goodnight To The Thieves»). Las claras referencias del ya mencionado Jay Reatard y todas sus creaciones conjugadas con esas melodías electrónicas y fantasmales hacen que los acordes se camuflen en las sombras del post-punk y resuenen tras el fuzz y la distorsión para anclarse a un estilo nuevo, propio: el estilo Sutton. Esta progresión hacia barrios más experimentales se había dejado ver sin ningún pudor en «Temporary Mutilation», el diez pulgadas editado por Slovenly Records en febrero de este año, en el que ya sirvieron un banquete de riffs agresivos, teclados malrolleros y esa voz imperturbable y cien por cien useless. «Moist Cuts» es el mayor hit para bailar acuñado este año, la batería en la que le sigue («Tip Of The Valley») copula con el bajo hasta ridiculizar al resto de melodías, «Hogs In The Bush» y «Relaxing Death» podrían ser temas compuesto por Sleaford Mods si les diera por soltar el ordenador (no lo hagáis chicos de Nottingham), «Walls» sería una canción más de las que solían hacer si no fuera por un final convulsivo y futurístico que introduce la locura densa y espectral de «Bunker»… en fin, que lo han vuelto a hacer: otra joya para la corona californiana.

Me encanta este grupo por varios motivos que voy a resumir en una frase pretenciosa y que negaré haber acuñado: son punks sin querer serlo —fíjate la novedad. Esta sentencia no es en vano, pues estamos hablando de la banda de un chaval que dejó el instituto y todo lo que podía tener para vivir en una furgoneta y componer canciones sobre «la gente y lo que piensan», como él dice… y no es este un acto revolucionario, pero sí lo es esa facilidad que parece tener para crear junto con Miles Luttrell (batería, y miembro de Scraper) y Brendan Hagarty (bajo) las canciones que les da la gana, cuando quieren, sacando tantos trabajos como se les antoja. Sin más, es que es súper simple: no tienen tanto que ver con el punk como sonido sino como modo de vida, como filosofía. Y entiendo, siguiendo por estos derroteros, su fichaje por Castle Face Records, sello tan flipante que dona parte de sus ediciones a las cárceles de Estados Unidos para difundir entre los presos y presas este tipo de cultura.

Ahí queda eso, y sin querer sonar a punk de plantilla, ¿eh?. Una maravilla de obligada revisión, y visión, porque en directo son de traca —tal y como plasma la foto que encabeza el artículo y que saqué este verano en su concierto en Benidorm.

Viva el Reatard manque pierda.

Luis Aragofest II, devolviendo el punk a las calles

Drive Like Jehu + Nueva Vulcano @ Sala Caracol (Madrid)