Linoleum
Comenzamos la semana más fría del año recibiendo una masa de aire polar a la que los expertos denominan atlántica, pero a la que yo achaco orígenes escandinavos. La razón, el nuevo (y esperado) disco de The Baboon Show que nos llega desde la fría Suecia conquistando, no solo todo nuestro país, sino Europa entera.
God Bless You All se convierte en el noveno disco de estudio de la banda, y en el primero tras el trabajo que los situó en el mapa, Radio Rebelde (2018). El listón estaba, por lo tanto, por esas nubes que hoy pueblan todos nuestros cielos. Sin que esto haya supuesto una presión para el grupo, el resultado de su nuevo lanzamiento ha cubierto por completo todas las expectativas de los amantes del punk, del garage, del power pop y del rock escandinavo. Casi nada.
Los primeros cinco segundos de calma de «Made Up My Mind» son rotos enseguida para demostrar porqué The Baboon Show son uno de los grupos con mayor actitud del Europa. Ni los que tienen el poder político, ni los que pretenden tener el religioso («God Bless You All»), podrán dormir tranquilos al oír unas guitarras tan punzantes como las letras que les acompañan. Hay cuchillos menos afilados.
God Bless You All pretende ser un disco con actitud reivindicativa pero también festiva. Es por eso que Cecilia y los suyos nos incitan a vivir y disfrutar en la propia «Midnight», y en la versionada (y rockera) «Have a Party with Me», originaria del ya fallecido Eddie Meduza. Porque no todo va a ser combatir.
Cortes más oscuros como «Odball» o «Prisioners», medios tiempos perfectos como «Gold» y «Reason to Go», y canciones llenas de fuerza y rock & roll como «Rolling» o «Sands of Time», completan un álbum hecho para todas y todos los amantes de los sonidos distorsionados. Del ayer, del hoy, y del mañana.
Conclusión: The Baboon Show siempre son un soplo de aire fresco dentro de la escena. Su actitud, especialmente en sus directos, nos encandila y nos deja siempre con ganas de más. God Bless You All es ese «más» que solicitamos. Son doce cortes con los que poder disfrutar del sonido propio de una banda a la que si algo le sobra, es carisma.
