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Teenage Bottlerocket @ Wurlitzer Ballroom (Madrid)

Ya se echaban de menos los lunes al punk. El verano pasado fue todo un clásico con Adhesive, PEARS, Samiam … Esta edición 2018 (no oficial)  pinta más austera, pero la verdad es que el lunes de ayer pasa a ser el mejor de lo que llevamos de año. De largo. Y es que un lunes con Teenage Bottlerocket en la Wurli, con su punk rock y con su sudor incluido, es menos lunes.

Vivir en Fuenlabrada me hace llegar con menos tiempo a los conciertos, y ahí los grandes damnificados son los grupos encargados de abrir las sesiones. Anoche pude ver a Panellet durante sus últimos quince minutos de actuación. Pude ver cómo la sala estaba ya prácticamente llena, y también pude disfrutar de uno de sus hits, «Peu de Fonicular«. Poco más puedo sacar en conclusión de un concierto que a buen seguro les valió para añadir nuevos seguidores y hacerse escuchar. La transición entre grupos se me hizo realmente eterna, tal vez por las ganas que tenía de ver de nuevo a Teenage Bottlerocket, esta vez siendo cabeza de cartel y en sala «pequeña». Las expectativas eran tan altas como la temperatura de la sala, y los de Wyoming no serían los encargados de dejarnos fríos precisamente.

Panellet (foto por Jesús Mesa)

El concierto comenzó de manera explosiva con «Freak Out!» y «Skate or Die». En la primera todos pasamos de cero a cien en cuestión de dos acordes, mientras que en la segunda ya vivimos uno de los momentos de la noche cuando Ale (Broken Lingerie) apareció de la nada tabla en mano y se pudo a hacer surfear subida en la tabla. Llevábamos solo dos temas, y el concierto ya estaba en su punto álgido. Punto del que no iba a bajar en la siguiente hora y cuarto. De manera natural «Don’t Wanna Go» siguió a la dupla encargada de abrir el setlist. La sala entera, sin importar la edad, estaba ya entregada al grupo. Cabe resaltar la heterogeneidad de un público muy distinto en edad (todos los clásicos se dejaron ver entremezclándose con la joven cantera) y en estilo. También había niños, siendo uno de ellos el hijo de Ray. Tras un respiro para tomar aire y saludar a la sala, el grupo retomó el ritmo con la divertida «Nothing Else Matters (When I’m With You)» y «Stupid Games».

Teenage Bottlerocket (foto por Jorge MB)

Increíble setlist el escogido por el grupo, haciendo un repaso total a su discografía e incluso tocando temas que jamás habría esperado escuchar en directo. La «metalera» «Crashing» fue un claro ejemplo de ello, y la acelerada «Fatso Goes Nutzi», otro más. Para ese entonces, había gente que  ponía la única queja al directo: el volumen de las voces estaba un poco alto. Personalmente lo noté un par de veces, pero poco me importó. Estaba ocupando dejándome la voz y el sudor mientras cantaba «They Call me Steve» (gran intro por parte de Miguel hablando español y haciendo chistes sobre unos compañeros que no sabían ni de lo que hablaba), o una de mis favoritas «Can’t Quit You». La diversión seguía patente y el hijo de Ray aprovechaba para hacer varios crowdsurfing que le llevaban hasta casi la puerta de salida. Error, anoche tocaba estar dentro. Dentro de la sala, y dentro del  pit, por eso el grupo no dudó en tocar la gran «In the Pit».

Otro de los momentos de la noche (al menos para mi) fue «Blood Bath at Burger King», diversión, coros y sudor. Esta sea, quizás, mi canción favorita de Teenage Bottlerocket, siendo su parte final espléndida. Pero ojo, aún quedaba mucho por escuchar y sudar: «Radio», una versión de «Blitzkrieg Bop», «In The Basement», o un homenaje conjunto a Brandon y Tony Sly con la gran «Via Munich» seguían manteniendo el nivel de un concierto que tardaremos en olvidar. Otras gratas sorpresas fueron la divertida y chistosa (literalmente) «Why the Big Pause» y la coreable «Don’t Go», ambas incluidas en su último álbum de estudio Stealing the Covers (2017). «Dead Saturday», «Headbanger» y «So Far Away» fueron de las encargadas de cerrar un concierto con mayúsculas.

Teenage Bottlerocket (foto por Jesús Mesa)

Lo de anoche fue mítico. Un lunes, con altas temperaturas, rozando un sold out y con sudor cayendo por nuestras frentes. Un setlist alucinante al que no se le puede poner ningún pero, y un grupo que se vació sobre el escenario regalándonos una noche más de punk rock en la capital. Muchas caras conocidas y amigos, risas y música. ¿Qué más se puede pedir? – Muchas citas como está. Aprovecho para dar las gracias a Jesús, Jorge, Pol y todos los que me habéis mandado fotos del concierto. También, y de manera especial mil gracias a Andy por todo, los buenos grupos llevan buena gente con ellos, y tú te mereces esto y mucho más. ¡Nos vemos pronto amigo!.

Sugus – 1995

Los Inductores – 13