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T2. El chute esperado por una generación.

Mark Renton lleva viviendo los últimos 20 años en Amsterdam y decide volver a Edimburgo para reencontrarse con todo lo  que dejó atrás junto a la heroína.

He leído muchas críticas. Y también puse la oreja a mí alrededor cuando las luces del cine se encendieron. Capté pocas cosas relacionadas con la película, cosa que me resulta incomprensible. Se supone que llevas unas dos horas callado prestando tus cinco sentidos a una sola cosa; sumergirte en la trama que tienes delante. ¿Cómo es posible que lo primero que salga de tu boca cuando acaba ese trance no tenga nada que ver con lo que acabas de presenciar? En fin. Resumiendo, algunas de las voces que escuché coincidían con Carlos Boyero: “La película está bien, pero es innecesaria”. Bueno, puede que haya poca gente de acuerdo conmigo visto lo visto, pero yo salí de la sala con un muy buen sabor de boca.

Puedo intuir que esta película va a tener férreos detractores por un lado y entusiastas por el otro. No va a haber medias tintas. Bueno si, los que hayan pasado los últimos veinte años en una burbuja y no hayan visto (o no hayan siquiera oído hablar) de Trainspotting. Puede que estos últimos vean por primera vez las dos partes, seguidas en el tiempo, y su reacción sea más bien un leve encogimiento de hombros. Pero el resto de mortales estoy segura de que se van a posicionar de un lado o del otro. Yo tengo claro que me ha gustado, y que ha sido, aunque puede que no una genial, si una buena segunda parte y os diré por qué:

La víspera de ver T2, me puse en casa con una pompa casi religiosa, la primera parte. Quería comparar con todo bien fresco. Y he de apuntar que si bien Trainspotting a día de hoy se considera una película de culto (y para mí lo es), su mayor impacto reside en su primer visionado. Vaya, que el día que la volví a ver después de tanto tiempo tuve claro que la magia de verla por primera vez dista bastante de ser la misma sensación al verla de nuevo.

Me estoy yendo por las ramas. No voy a hacer spoiler (cada vez me cuesta más) pero una de las razones por las que T2 me parece una digna sucesora de Trainspotting es porque no pretende ser Trainspotting. T2 es consciente de que han pasado 20 años, tanto por sus protagonistas, como por la sociedad que los envuelve como por nosotros como público. Así que no pretende ser una historia de yonkis. Es una historia de ex-yonkis y lo que significa ese pasado hoy. Trata de su desesperanza y de que no encuentren su sitio en el mundo. En Trainspotting eran unos «mataos», pero tenían carisma, juventud. Molaban. Hoy son unos perdedores cincuentones desubicados. No molan nada.

Otra razón por la que creo que T2 merece la pena es que está hecha en el momento oportuno. T2 no habría tenido ningún sentido un par, o unos pocos años después de su predecesora. Trainspotting es demasiado buena para haberla estropeado así (menos mal que la primera no se ha estrenado hace poco o ya la habrían exprimido hasta sacar mínimo una trilogía). T2 llega en un momento en que el público que hace años que ha visto Trainspotting, ya sea en la fecha en la que se estrenó o mas adelante, ha crecido lo suficiente como para esperar de la película algo más que planos efectistas como el de Renton metiéndose por un váter. De hecho ni se intenta hacer algo así de lejos. Lo que sí hace de manera casi tierna es dejarnos miguitas de pan en forma de guiños hacia escenas icónicas de la primera parte. El váter. La formación de fútbol. El dedo llamando a la puerta. Los planos congelados. La sobredosis de Mark. Utiliza nuestra nostalgia para guiarnos por una historia menos dura en general que la primera parte, pero verosímil dentro de su universo (a parte de blanda, más divertida).

Mención especial para los flashbacks que conectan con Trainspotting (y que seguro sí gustaron a todos) y también para el broche final, una escena de Spud que termina de insinuar el lazo que une las dos películas, ya de por sí primas hermanas gracias (evidentemente) entre otras cosas a un trabajo de fotografía muy bueno a mi parecer, muy similar a la primera parte en cuanto a encuadres vertiginosos, movimientos antinaturales y luces de colores híper saturados que inundan a los personajes.

No defraudará a los nostálgicos. a los que esperen ver un Trainspotting pero 20 años después.

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