Hace tiempo que tengo la sensación de que los aficionados al hardcore bailan al ritmo que marcan unos Turnstile a quienes no seré yo el que les quite mérito alguno. Sin embargo, pienso que el género está viviendo un importante resurgir, y que hay grupos como Burning Flag o Scowl que están haciendo mucho por él. Y de manera excelente.
Los de Santa Cruz lanzaron How Flowers Grow, su primer larga duración, hace dos semanas demostrando que son unas de las sensaciones del momento. Kat y los suyos realizan un hardcore potente y rabioso, pero también fresco y contagioso. Demuestran tener su estilo propio rompiendo con los clichés estéticos que se anteponían en un género que está evolucionando a marchas forzadas. De eso mismo trata el primer corte de este álbum, «Bloodhound» donde el grupo «derrota» a todos aquellos que se burlan de ellos.
La raíz del disco se compone de cortes acelerados cargados de riffs que te rompen el cuello y letras que te sentencian como en «Dead to Me» o en «Fuck Around». También aparecen algunos sonidos guturales que dan pie a una batería que dispara mientras la voz de Kat te remata en temas como «Trophy Hunter» o en la canción que titula al Lp «How Flowers Grow».
Mención aparte merecen «Idle Roaring Room» por su ritmo ejecutado a la perfección, y la inmensa «Four Walls» siendo capaz de generar la idea de angustia que su título y letra proponen. Aún así, la bocanada de aire fresca, el agua que hace que este disco florezca es, sin duda alguna, «Seeds to Sow», un tema angelical donde la voz de Kat te enamora y el saxofón aporta un flow que no se puede resistir. Estamos ante unos grandes.
Conclusión: Scowl son la bella flor que está creciendo en la maceta del hardcore, aportando un color y una fragancia diferente. How Flowers Grow es uno de los discos del año y la prueba de que esta banda no tiene límite. Estamos ante un grupo que hará fruncir el ceño más de uno y una. Quién los pillara en directo.