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Rancid – Tomorrow Never Comes

Hace ya un par de semanas largas que salió el último disco de los americanos Rancid. Desde entonces, me ha dado tiempo a escucharlo detenidamente y leer opiniones de todo tipo

. Estamos ante un disco que se convierte en el décimo de estudio en una fecha tan redonda como los treinta años que cumple la banda este 2023. Bonitos guarismos pero… ¿está a la altura el resultado?.

Empezaré diciendo que los extremos nunca me han gustado. No creo que este disco sea un resurgir del grupo (básicamente porque creo que aunque habían bajado el pistón, no estaban necesitados de algo tan drástico), como tampoco opino que el grupo esté obligado a tomarse la jubilación anticipada. Al menos no aún.

El primer adelanto, «Tomorrow Never Comes» nos puso el hype por las nubes. Velocidad, ritmo y una letra muy de la casa. Un corte que respiraba ganas, tanto por parte de Rancid, como de sus seguidores pero, siempre hay un pero. El pero esta vez es que a mi el disco se me hace un tanto largo.

Es cierto que cuenta con temazos como «Don’t Make Do it», «Devil in Disguise» o (mi favorita) «New American». El problema es que estos cortes se agrupan en la primera parte del trabajo, dejando el segundo tiempo en un catenaccio aburrido. Que nadie me malinterprete, cortes como «Drop Dead Inn», «Hear Us Out» o «Live Forever» son canciones que muchos grupos quisieran tener en sus álbumes, pero me suenan demasiado planas.

Rancid se ha olvidado de su amalgama de sonidos y diferentes influencias, y parece poner el acento en la velocidad y en un punk rock que tiene cada vez más tintes de Irish punk. Quizá sea esta su nueva dirección, un camino que no me desagrada, pero al que tendré(mos) que acostumbrarme(nos).

Conclusión: Tomorrow Never Comes viste de amarillo. El rojo combativo quedó atrás, ahora toca el mostaza dorado de la experiencia y la elegancia. Rancid siguen estando más vivos que nunca (aunque haya quien quiere matarlos). En mi opinión, este nuevo trabajo no se debe (puede) comparar con los tiempos pasados. Porque si el mañana nunca llega, menos lo volverá a hacer el ayer.

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