El segundo día de festival en Meerhout fue, al menos en lo que am i respecta, mucho más completo. El disfrute musical fue mayor, y por tanto las palabras han fluído más fácil. Este sería un pequeño resumen de lo acaecido el día de cierre:
Si la noche del viernes había sido salvaje, la del sábado lo fue aún más, y el domingo desperté con una laguna mental que no me impidió coger fuerzas con un desayuno-comida potente para arrancar a ver un rato a Brutus, una de las bandas que se podría considerar local y que abarrotaron el Back To Basics con su atmósfera de rabiosa tranquilidad, y con una Stefanie liderando la banda desde su particular posición en la batería. No es que Zebrahead sean plato de mi especial devoción, pero al asomarme por curiosidad al escenario principal, pude comprobar cómo lo ponían patas arriba a base de entrega, feedback con el público y algunos de sus clásicos como “Rescue Me” o “Mental Health”.
Tras un impás, nos asomamos a ver cómo Choking Victim se marcaban un bolazo épico, sin despeinarse demasiado y sin abarrotar el escenario patrocinado por esa marca que, en un par de ocasiones, sufrió los ataques de la banda. “Born To Die” o “500 Channels” fueron algunas de las más bailadas por un público que estuvo dándolo todo de principio a fin del show de los neoyorquinos.
Desde Nueva York nos mudamos a Orange County para ver cómo Ignite se hacían con el respetable a base de hits centrados en su glorioso Our Darkest Days, del que no faltó casi ninguna. Están en plena forma y saben perfectamente cómo interactuar, así que hubo disfrute tanto arriba como abajo del escenario Monster. Sin tiempo para esperar cómo “Bleeding” ponía el punto final, enfilamos el camino al Back To Basics para vivir en primera persona el retorno de Undeclinable Ambuscade. Sus caras de incredulidad se mezclaron con esa sonrisa que siempre acompaña a las bandas con ilusión por lo que hacen, y el gentío se contagió con temazos como “Magic Hairspray”, “Car Race” y, cómo no, “Growing Older”. No pudimos ver el final, ya que en el Main Stage se estaba desplegando el cartel que anunciaba la llegada de los abueletes de Cock Sparrer, pero sin duda los holandeses marcaron uno de los momentos más mágicos del festival.
Era el turno de los amantes del Oi! clásico, y una vez más “Riot Squad” encendió los motores de una retahíla de auténticos temazos… “Watch Your Back”, “Working”, “Argy Bargy”, “Running Riot”, “Because You’re Young”, “Take ’em All”… nos mandaron de vuelta a la plaza de toros de Vitoria, con su espectacular concierto del año pasado, y de paso presentaron alguno de los temas de su nuevo disco que aún huele a recién hecho.
Tras una cena rápida, volvimos a la carpa grande, donde Pennywise ya habían empezado el repaso a su increíble About Time, de principio a fin y en estricto orden. Sin tiempo para mucho más, comenzó la ronda de preguntas para elegir su habitual versión, y en esta ocasión ganó “Do What You Want” de Bad Religion. “Fuck Authority”, “Pennywise”, “Society” y “Bro Hymn” clausuraron el espectacular concierto de los veteranos.
Por lo que a mí respecta, cerró la noche y el festival el mejor concierto de los que pudimos ver este año en Meerhout: Gorilla Biscuits. Puede que fuera la ilusión de verlos por primera vez tras muchos años de espera, o puede ser el increíble manejo del que cada instrumentista de la banda puede presumir (a pesar de la sencillez de sus composiciones), pero a mí me encandilaron. El bajista especialmente. Ya sólo el arranque, con “New Direction”, puso los pelos de punta. “Stand Still”, “Things We Say”, “High Hopes”, “Hold Your Ground”, “Competition”… iban cayendo una tras otra. Incluso versionaron “Minor Threat” para total deleite del personal. “Time Flies”, “Cats and Dogs” y “Start Today” pusieron el broche a un día y un festival que probablemente nunca olvidaremos.
Ya estamos contando los días que restan para la próxima edición, el recuento de bandas que tendremos que ver obligatoriamente y, por supuesto, para el reencuentro con toda esa gente querida que solo se deja ver una vez al año en Meerhout. Gracias a toda la gente que ha compartido esta edición y que me ha ayudado a reconstruir la historia vivida.