A veces las ganas lo son todo. A veces las dificultades son duras, pero hacer lo que te gusta y tener pasión por ello, hace que estas puedan ser derrotadas y eliminadas para lograr hacer lo que te propones. ¿Por qué digo esto?, porque me parece que la pasión por la música que se esconde tras Drunken Fighters es imparable y porque, por fin, el pasado viernes la banda presentó su primer larga duración, Someday.
Integrada por gente de Drink Hunters, Brutus Daughters y Päura, Drunken Fighters presenta su candidatura para ser una de las mejores bandas de punk celta de estas tierras. Creada en 2018, y con un disco listo en el 2019, vio cómo la vorágine de la pandemia les obligó a permanecer en standby hasta el pasado viernes. Otra dificultad a la que han sabido derrotar.
Toda esa lucha y esas ganas están plasmadas en el primer corte de este disco, «Fight», la cual no podría empezar de otra manera que con el sonido de una lata de cerveza al abrirse. A partir de ahí, nos encontramos un grupo de punk rock al que se le unen la flauta, el violín y la mandolina, pero el cual no está exento de una batería cargada de tupatutupa. Coros potentes dotan a la banda de una fuerza sonora que debe ser una pasada en directo.
La música de Drunken Fighters ya está definida, pero su contenido es también un pilar importante para el grupo. Comprometidas con la situación actual de la sociedad, intentan usar su mensaje para combatir el fascismo en «Germs», para exaltar el significado de la amistad en «Friends», para describir la alienación religiosa en «Je$u$», o para describir un utópico mundo ideal en «Requiem». Siempre con un sonido limpio, potente y combativo.
Antes de acabar me apetece resaltar dos canciones que cantan dos historias de belleza sorona y lírica; «Voice Of the Sea» y «LRK». Si la primera es un canto al pasado con un comienzo acústico que pone la piel de gallina, la segunda es una arenga a la unión de todos aquellos que no encuentran su sitio ni lo necesitan.
Conclusión: Drunken Fighters por fin están donde querían desde hace tiempo. Ahora es nuestra responsabilidad tratarles como se merecen y disfrutar de su música y sus directos. Esperemos que Someday sea solo el principio de un largo viaje.