Desde el pasado febrero, la capital cuenta con una nueva banda. Drea surge de las entrañas de grupos más que conocidos de la escena madrileña como Accidente, Rude Pride, Biznaga o 13 Bats , y llega para seguir dando músculo a un grueso musical que persiste con fuerza, aún con los escenarios que se dibujan en Madrid.
Son estas, por lo tanto buenas noticias. Con un sonido que no puede (y no quiere) escapar de sus influencias, el grupo presenta Gloria o Cementerio, un disco de siete cortes a pecho descubierto que cabalgan entre el street punk y el punk rock. Las experiencias vividas tanto en la vida como en la escena se representan en cortes como «Dolor y Cicatrices» o «Lejos de Aquí», canciones cercanas con las que es imposible no identificarse.
La oscuridad y las tinieblas (no solo literales) están muy presente en todo el trabajo. Para ello, Drea utiliza unos medios tiempos en los que demuestran que la fuerza no siempre está en la velocidad. Valiéndose de unas letras afiladas cual cuchillo presente en su logotipo, cortes como «Sabor a Hierro» o (nuestra favorita) «Gloria o Cementerio» llegan a ser profundos y limpios, en una ejecución perfecta que solo ofrecen las tablas de aquellos que saben bien de que va esto.
Drea saben perfectamente que somos lo que hemos vivido, y por eso «Demasiado Tarde» o «Volverán» miran al pasado sin dejar de prestar atención al presente. Cómo bien decían en su presentación, «unas bandas mueren y otras nacen». Estos ciclos son los que nos permite enriquecernos de nuevos grupos que tienen tanto que contar como Drea. Bendito círculo de la vida.
Conclusión: Gracias a Drea, Madrid es un poquito más gris. Y digo esto desde el prisma más positivo. Porque ya está bien de tanto color. También necesitamos blancos, negros y grises. Más si cabe, si son como este Gloria o Cementerio, un trabajo que nos llena de optimismo y alegría sin necesidad de tonos chillones. Bienvenidos Drea, volvéis a donde siempre habéis pertenecido.