Los indispensables de Valencia lo han vuelto hacer: petarlo con hits bailables, cambios de ritmo y letras psicotrópicas es inherente al nombre de Cuello. A mediados de julio (recuerdo ese domingo como si fuera ayer) la imagen de un bañador de magenta, amarillo y azul —con su correspondiente paquete de relleno— violó el descanso fatigoso correspondiente a tal día de la semana con la excusa de presentar en sociedad «Puré Mental Tricolor», single adelanto del que sería su nuevo trabajo, «Trae Tu Cara» (BCore, 2015).
Y quien dice adelanto dice infección vírica, pues desde los primeros acordes del riff con el que Ubaldo Fambuena (Los Tracahombres) arranca el tema nuestros pies se despegan del suelo, nuestra cabeza marca el tempo, los hombros la siguen,…el cuerpo se descontrola al comenzar el estribillo más enérgico en mucho tiempo. Han despertado a la bestia (otra vez).
Mira, enciende los bafles y dale al play aquí debajo, que te lo explico:
Esa espera hasta septiembre devorando este single le otorga el ansia poderosa que merece: este álbum es una joya, queridos. Una maldita y bendita joya. Abriendo la fiesta «Trae Tu Cara y Decórala», con la voz de un Jose Guerrero (Betunizer, Jupiter Lion) pletórico y una de las mejores líricas del álbum («…este camino es el que queda, si no te gusta vete fuera»), que recuerda inevitablemente en lo canalla al implacable «estoy aquí chillándote, si no me oyes date la vuelta» de «Hunde Mis Cárceles» —temazo del siglo y de su álbum «Modo Eterno» (Bcore, 2014). A partir de ahí todo es juerga y alboroto, júbilo, optimismo, toxicidad y comicidad: el álbum entero lleva su impronta clavada en cada corchea y eso engancha, porque Cuello es adictivo y han conseguido con su rock alternativo/punk-rock garajero/loquetúquierasllamarlo crear una identidad que ojalá nunca se diluya, destruya ni acabe.
Bueno, a lo que iba. Precisamente es «Puré Mental Tricolor» la encargada de meternos aún más de lleno en este rollo, de seguir el recorrido vertiginoso por una escalera de peldaños cortos que hay que subir muy rápido, sin parar de bailar y sin dudar al pisar; y de repente cogen y te meten un rellano, con plantas y una ventana, a la que te asomas, en la que te entretienes…porque «Vístelo con tu éxito» es para eso, para el deleite: lenta, más densa que de costumbre — gracias Nick Perry (Flipping Colors, Obleans) por esa línea de bajo—, y con un estribillo a gritos que se clavan como agujas. Esto marcha. Esto marcha de maravilla. Ya has pisado «Capando La Señal», y con «Deseo de expansión» dando sus últimos alientos sigues ahí sentado. Levanta: «Turboreproche» merece ser bailada hasta doler, con ese ritmo constante roto por el cambio de registro de la voz, con un riff obeso pero afilado, y un final de traca en el que la batería de Óscar Mezquita (Derrota, Zanussi) se vuelve loca, y tú con ella.
La movida avanza y pocas veces se ha estructurado así de bien un álbum, maldita sea: «Ser Total» es un meridiano perfecto, la calma ideal antes de que te explote el cerebro en la segunda mitad del álbum, porque entre el potencial de leyenda que tiene «Aclarando Perfiles» y la devastadora «El Joven» (mi ojito derecho), la sesión de bailes queda reanudada —mientras escribía esto escuchaba el disco y sí, ha sido causa de fuerza mayor pararlo al llegar a este tema para poder seguir tecleando sin un ritmo epilépsico recorriendo todo mi cuerpo. En serio, amantes del punk-rock más ecléctico, radiante y divertido, con este tema os/nos acaban de regalar un himno generacional: haced caso a Cuello y a su maraña de sueños de juventud, anda. La obra culmina con dos perlas finales testigo y prueba de todo lo dicho (y bailado) antes —ojito con «Aquí tengo tu puente» y su coqueteo con el sur.
Se nota la euforia, el éxtasis, la imparcialidad, lo sé; pero es que este trabajo me ha dejado touchè de la azotea, ha hecho mella en mis entrañas, por lo que podréis pensar que exajero o miento, que me corono de subjetividad y sigo bajo los efectos del ácido místico de su música. Pero Cuello son unos sinceros autobiógrafos, y como sentencian ellos mismos, Cuello es el lugar «…sensible ante las caricias pero fuerte en sus movimientos […] el lugar perfecto para golpear con la palma de la mano, junto con las nalgas…». Cuello es eterno en su modo, no han de sobrarte en tu biblioteca y decorarán tu cabeza de buen rollo, empezando por tu cara. Ten cuidado, de Cuello no se sale.
Bueno, apaga ya los bafles (si puedes).