El pasado lunes viajamos a la ciudad condal porque teníamos una de las citas claves marcadas en el calendario. Una fecha fetiche para los amantes del hardcore melódico y el punk rock y es que tras la friolera de doce años los canadienses Belvedere volvían a nuestro país para ofrecer un único concierto que ningún amante del género quiso perderse. Prueba de ello fue comprobar que la Razzmatazz 3 rozó el cartel de sold out y apenas cabía un alma en la sala. Un espectáculo tan loco como pasional que nos transportó hasta los mejores años del skatepunk a todos y cada uno de los allí presentes y del cual os vamos a hablar con todo lujo de detalles a continuación.
Melting Fast jugaban en casa y fueron los encargados de abrir la velada a primera hora de la noche y con un público prácticamente local (le ponemos falta aquí a los más rezagados que no entraron hasta el comienzo del show de los canadienses). El quintento barcelonés que estrenó hace unos días su primer Lp, Volcanic, demostró que puede defender a la perfección en directo su último trabajo, cargado de locuras técnicas, melodías brutales y ecos innegables a bandas como A Wilhelm Scream o Strung Out. Pese a no estar la sala llena no fuimos pocos los que disfrutamos con un set list en el que combinaban los temas más significativos de su anterior EP homónimo y este reciente disco. Mención especial a la versión de «The Horse» de A Wilhelm Scream que se marcaron. Para tocarla hay que ser valiente y bueno, eso es un hecho. Así que como dicen mis colegas, my respect. En definitiva, tan efectivos como contundentes. Caldearon el ambiente a la perfección para lo que estaba por venir: una noche épica que recordaríamos por mucho tiempo los allí presentes. ¡Vamos a ello!
Belvedere es una de esas bandas que, tras escucharlas por primera vez, difícilmente consiguen dejarte indiferente. Recuerdo que cuando los descubrí no pude parar. Sus melodías y riffs a la una velocidad de infarto me hicieron repetir una y otra vez sus temas por lo que para mí este era un concierto especial. La expectación por verlos se convirtió en euforia cuando me enteré que venían y por eso me atrincheré en la primera fila del bolo para no perderme ningún detalle. «Shipwreck» y «Hairline» fueron los dos temas con los que abrieron (Los mismos que dan comienzo a su último disco The Revenge Of The Fifth) y desde el primer acorde comenzaron los stages dives y la fiesta. La gente estaba pletórica y no era para menos. El momento había llegado. Les siguieron «Two Minutes For Looking So Good», que consiguió despegar de su sitio a los más estáticos y para entonces la sala ya estaba a rebosar y era muy difícil no sumergirse en la vorágine de punk rock.
Pero la locura llegó después con «Subhuman Nature» y «Three´s a crowd», que enlazaron ágilmente. La gente se entregó y lo dio todo. Subieron, cantaron, saltaron… Todo digno de un bolazo de los de toda la vida. «Years» (tema que recuerda muchísimo a Main Line 10), «2n Column», «Slaves To The Pavement» o «Quicksand» fueron algunos de los hits que nos llevaron hasta la mitad del set. Es entonces cuando se da cuenta del animal que es Casey Lewis (batería que no pertenece a la formación original y que tenía infinitas ganas de poder ver en directo). Realmente increíble, toda una bestia del ride y los redobles.
Toda la banda no dejó de hacer el payaso y disfrutar al máximo cada tema, entregándose a un público pasional y exaltado. Es un hecho que Belvedere goza con cada minuto que está en el escenario y forman una simbiosis perfecta con sus fans riendo y viviendo cada salto como si fuese el último del concierto. Hay que decir que innegablemente lo clavan los cuatro, y no hay que nada que más agradezca un fan. «The Only Problem with Wishful Thinking», «Excuse Me, Can I Use This Chair?» o «Achilles» conformaron un buen bloque de temas que encaraban la recta final del concierto. Fue genial poder comprobar que entre el público se hallaban músicos del género de todo el país: Adrenalized, Main Line 10, Acid Snot, Kill The President!, Limber, Bates Motel… Nadie quiso perdérselo, !fue todo un congreso del punk rock melódico más rapidesco! «Closed Doors», «Brandy Wine» y «She Sells And Sand Sandwiches» formaron el bloque final poniendo las últimas pinceladas de velocidad a un set del cual sólo eché en falta «Anesthetic».
La gente lo dio todo hasta la extenuación cuando dijeron que aún tocarían dos temas
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. Y así terminó una velada única y que nadie de los allí presentes olvidaríamos. «The Bottom Line» y «Distress» supusieron un cierre de oro a uno de los conciertos más divertidos, locos y memorables a los que he tenido la suerte de poder asistir. Se escucharon gritos de «Silvio» al terminar. Una pena que no tocasen ningún tema de This Is A Standoff. Hubiese sido definitivamente colosal para celebrar los diez años de su primer concierto.
Si tuviese que ponerle un pero al concierto sería lo estridente que sonaron por momentos las guitarras y que la sala en ocasiones no acompañó a nivel de sonido. Algo nimio para la gran noche que fue y de la que todos disfrutamos hasta decir basta.
Belvedere volvieron por lo grande doce años después y de qué forma. La mejor manera de pasar un lunes, desde luego. El mundo señores, es mejor con punk rock.
¡Volved pronto!