El pasado martes, y con el silencio previo de aquellos que saben que están haciendo algo grande, Accidente se plantó delante de ese monstruo gigante que engloba todo aquello horrible que la sociedad actual lleva dentro de sí. Lo miró a los ojos, y nos presentó su cuarto disco de estudio; Caníbal.
El reto comienza firme y seguro con «Desmesura» cuyas sus guitarras nos adentran en ese sonido, ya propio, de una de las bandas más carismáticas de la escena estatal. «Hablar de los Muertos» es otro tema lleno de melodía y significado, una dupla que en Accidente siempre está presente. Al igual que es mezcla perfecta entre la voz de Blanca y la música que la acompaña. Una parte no puede existir sin la otra.
El bajo de «Demonio» me recuerda inevitablemente al de «The Crowd» de Operation Ivy (siendo esto muy positivo). Esta es, para mí, la mejor canción del disco y un recuerdo de que si queremos combatir los monstruos ajenos, primero debemos liberarnos de los propios. Otra línea de bajo que combate, esta vez a todos aquellos que consumen personas buscando sus propios intereses /placeres, es la de «Caníbal». Parece mentira, pero aún siguen existiendo en pleno siglo XXI.
La solidaridad con el problema de Catalunya hace que el grupo nos presente «Colze a Colze», su primer tema en catalán y una llamada a la lucha unida. «La Mataron», además de ser otro de mis temas favoritos, es uno de los que más fuerza tiene de todo el álbum. También es una canción acelerada y rabiosa, que nos recuerda que los culpables de la violencia de género no son sólo aquellos que dan el último paso y ejecutan, hay muchos que se creen invisibles. Pero los vemos.
Si hablamos de fuerza no podemos pasar por alto «Luchar» un tema donde el ritmo y la voz indican precisamente a eso, a sacar lo que llevas dentro y a pelear. El disco cierra con «La Culpa» y «Vuestra Historia». La primera me recuerda mucho al sonido que el grupo tenía allá por el 2011, mientras que la segunda es una preciosa canción que nos cuenta huna vieja historia que acabó hace unos meses dejando la muerte de Chato unos días antes que la de su maltratador, Billy El Niño.
Hace ya nueve años desde que me senté a escribir sobre el disco homónimo de Accidente. Recuerdo que empecé aquella reseña copiando la primera acepción que hacía referencia a la palabra «accidente» en la RAE. Hoy en día, mi perspectiva ha cambiado y cada vez que oigo esa palabra me recuerda a uno de los grupos de punk rock DIY que más cariño tengo. Accidente están de vuelta para matar al Caníbal.
