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Pieles. Historias de…¿monstruos?

En Pieles, Eduardo Casanova recupera el personaje de su corto de 2015 Eat my shit y lo rodea de otros igualmente impactantes en su debut como director.
Casanova ha demostrado que quien le siga viendo como “Fidel el de Aída” esta subestimando una persona con un talento cinematográfico que va mucho más allá de una cara conocida de Telecirco.
Pieles se puede resumir a priori, en una palabra: INCÓMODA. Incómoda por la estética de sus personajes, incomóda por tocar tabúes, incómoda por la moralidad de algunos de los retratados, incómoda por exhibicionista, incomoda por fea. Por envolver en una pátina de purpurina fealdad de cuerpo y espíritu. Pero más adentro, Pieles es una historia de rechazos y marginación llevada a un imaginario excesivo para contar historias comunes y diarias. Me voy a explicar poco a poco.


Para empezar Pieles no es para todos los públicos, ni lo pretende. La primera película de Casanova derrocha entre otras cosas, falta de pudor o intención de quedarse en la insinuación. Podríamos decir que es desvergonzada, directamente.

No pude evitar escuchar algún “que asco” en la sala del cine. Y esto no hace más que alegrarme a la vez que me entristece. Me alegra porque es capaz de despertar un sentimiento tan instintivo o básico como es el asco en los espectadores mas tradicionales, y eso ya de por si tiene mérito. Pero a la vez me parece triste que dicho espectador no pueda ver mas allá de la metáfora que esconde tanta escatología o fealdad, alienados como estamos por la basura comercial que inunda los cines. Formatorescataaunachicacualquiera vol.37, Bombas, persecuciones, Comedias románticas de plástico y demás.

A mi gusto, Pieles casi empieza demasiado fuerte, la primera secuencia es un bofetón de horror y sorpresa a varios niveles y por diferentes motivos, a cada cual mas aterrador. Personalmente me provocó cierto rechazo encontrarme con algo tan fuera de la norma tan de golpe. Pero después de terminar la película y empezar a reflexionar me di cuenta de que seguramente era eso justo lo que pretendía. No introducir sutilmente al espectador en su mundo excesivo y un poco marciano, sino meterlo a empujones, obligarlo a enfrentarse cara a cara con los tabúes que trata, con el rosa, con la desnudez, con lo incómodo, con lo que normalmente se esconde, con lo que da vergüenza. Con los monstruos ocultos que todos llevamos a cuestas y que son el centro de la película. Y a la vez a su propuesta formal y estética, su estilo y personalidad. Desafiar a lo normativo desde el primer minuto.


Cada uno de los personajes de Casanova (porque esta es una película que, a pesar de lo que nos pueda impactar su cuidadísima y excesiva plasticidad, se sostiene sobre sus personajes) esconde miedos, secretos o una moralidad muy dudosa. Creo que Casanova intenta decirnos que nadie es perfecto, que todos somos monstruos, por dentro, por fuera o por ambas caras.

Uno solo de estos personajes en otra película al uso nos transmitiría ternura; pobrecito, le miran, le juzgan. Nos daría pena, porque es como es. Pero Casanova supera eso porque muchos de sus “pobres” personajes son unos cabrones.

Pieles tiene muchas capas de lectura. Habla de cómo todos nos hemos sentido marginados alguna vez, como extraterrestres en este planeta, rodeados por gente que no nos comprende, nos juzga, se aprovecha de nosotros o directamente nos rechaza. Pero también habla de la capacidad que todos tenemos para ser así de mezquinos, de egoístas y sin embargo seguir sintiéndonos heridos. Honesta hipocresía. Humanidad con una careta de monstruosidad.

Simple y llanamente maravillosa la escena de Candela Peña y Secun de la Rosa en la que ella, a pesar de serle infiel y haber organizado la cita para cortar su relación, se cabrea porque se da cuenta de que éste solo la quiere por su físico (deforme). Deforme o no, da igual. El personaje de Candela se siente humillada (a pesar de no ser ella mucho mejor persona) cuando ve tan claramente que el físico es lo único que atrae a su pareja. ¿Qué mujer (y por qué no, hombre) no ha sentido alguna vez que nuestro mundo interior, la esencia real de lo que nos hace especiales se ha subestimado o directamente ignorado en detrimento de un rasgo físico que la otra persona considera subjetivamente atractivo? La gracia de esta escena es que el fetiche de Secun no entra en lo socialmente aceptado como atractivo, por eso resulta tan divertida. Pero al fin y al cabo es una mujer subestimada por su físico, sea este el que fuere.

Como me suele pasar con las películas que realmente merecen la pena, me he extendido demasiado. Pieles es irregular y excesiva como cabría esperar de un director novel. Pero derrocha personalidad. Es descarnada, no esconde ni lo más escatológico. Consigue crear una tragicomedia que hace revolverse en la butaca, de incomodidad, pena y risa. Toca temas controvertidos que no se suelen visibilizar en las salas, la homosexualidad, la normativa del físico, la marginación, la violencia, los problemas mentales. La moralidad dudosa. Las luces y sombras que todos escondemos. Y además se empodera de la pantalla a golpe de artificio, tonos pastel y unos planos cenitales y frontales que recuerdan irremediablemente a Wes Anderson. Y unas interpretaciones y diálogos de quitarse el sombrero por parte de todo el casting.

Carmen Machi es G-E-N-I-A-L. Ese postizo rubio, esas gafas, ese chándal de chino de barrio, esa forma de hablar y ese amarillo que le da.

Conclusión: Una película incomoda pero necesaria que señala el monstruo que en algún sitio todo el mundo esconde. La dualidad humana. Esperemos que vaya seguida de más y mejores trabajos de este prometedor director.

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