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Déjame salir. Ahogado en un lugar profundo.

Déjame salir (Get out) es el estreno como director de Jordan Peele, rostro habitual de la comedia en la televisión americana.

La sinopsis es tan sencilla como familiar (podría fácilmente ser la de Adivina quién viene a cenar esta noche). Chris (Daniel Kaluuya, Black Mirror) lleva saliendo unos meses con una chica. Ella es blanca, el es negro y van a pasar el fin de semana con los padres de ella, que no saben que Chris es negro. Hasta aquí suena a comedia ¿no? Pues no. Aunque también.

Si no vives debajo de una piedra en mitad de un pueblo montañés y estas mínimamente conectado sabes de qué película estamos hablando. ¿Sabes esa película que tu colega lleva comiéndote la oreja una semana con que la tienes que ver? Pues esa misma.

 
Get out tiene varias capas de lectura. Momentos de humor francamente graciosos, momentos de sorpresa, sustos, tensión, una sinopsis que se presenta como sencilla pero que se retuerce antes de que te des cuenta, y una crítica demoledora al racismo de nuestros días. Y no me estoy refiriendo al HSM, racismo que se reconoce a cara descubierta, la xenofobia flagrante de la que aún a día de hoy se puede encontrar en nuestras calles, si no a otro tipo de racismo, que no es violento y que no se reconoce a sí mismo como tal, el de la clase media progresista que sutilmente cae en ranciedades pensando, y esta es la parte divertida, que eso no es también, otra forma de racismo.

De hecho, cuando aún no había visto la película, lo único que sabía de ella era lo que había visto en un anuncio, chico negro conoce a sus suegros blancos y, casualidades de la vida, el servicio de la casa lo componen solo negros. Un poco tenso todo, pero tampoco alarmante. Sin embargo el tema racial está tocado desde muchos ángulos y desde luego no ha sido a la ligera. Como el apoyo total del padre de la protagonista a las políticas de Obama, y su interés insistente en que su yerno lo sepa. Y como él, el resto de personajes blancos y adinerados que defienden mas la cultura de Chris que él mismo. Ese humor es algo que a priori, por absurdo, resulta divertido, pero que, si se analiza un poco más detenidamente, no es más que una fina capa de azúcar que recubre un enorme pastel de crítica.

Jordan Peele demuestra su estilo y su profundo conocimiento de la comedia al ser capaz de semejante sutileza tan bien equilibrada. Y un gran gusto a la hora de un estilo visual que si bien no es rompedor, no pasa desapercibido.


Lamentablemente tendría que empezar a destripar la trama para poder seguir hablando de los aspectos que más me han gustado, así que solo me queda alabar la que es probablemente la película de terror que más me ha gustado desde hace años, probablemente desde La huérfana. Seguramente será porque tengo debilidad por historias que son capaces de arrastrarte a la angustia o a la tensión sin caer en la fantasía de demonios, fantasmas, duendes o posesiones. Son fantasía, no son la realidad (salvo el caso de La huérfana, en el que el caso real superó con creces la ficción) y sin embargo son posibilidades aterradoras.

Déjame salir tiene momentazos de reírte sin poder evitarlo, momentos de desconcierto, de quedarte con la boca abierta y de apretar los puños de genuina tensión. Haz caso a tu colega el pesao y échale un ojo.

De lo mejor: La escena en el dormitorio entre el ama de llaves y Chris.

Ivory Wave+Mortal Wombat+Grit (05/06/17)

Rancid – Trouble Maker